LO
SIENTO, DR. TRÍAS
Fue, no lo recuerdo
bien, entre 1968 y 1970. Sabía que Ricardo Gullón venía desde Texas para dar una
conferencia en la Pennsylvania State University y se presentó en el aeropuerto
de Pittsburg junto a Javier Herrero. Querían
saludarle e intercambiar algunas impresiones sobre el momento español. No le
volví a ver desde entonces aunque siempre leí los innumerables artículos que publicaba
en la prensa y me admiraba la continua aparición de sus libros sobre temas que poco
a poco le convertían en el más notable e imaginativo pensador de nuestro país.
Hablar de D. Eugenio Trías siempre ha sido hablar de cosas serias, de la teoría
del límite, de la imaginación sonora en este predio español de tanta fruslería
y bagatela. Lamentable que los cigarrillos se lo llevaran como hicieron con mi
padre. Lo siento, Dr. Trías; lo de leer periódicos ya no será lo mismo sin Ud. ahora
que, al fin, está dialogando a solas con la sombra.
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