jueves, 21 de marzo de 2013

Día Mundial de la Poesía






TEXAS SUNSET
(Ocaso tejano)


¡Cómo besa la tierra al cielo!
Ay, ese beso rojo lento ¡quién pudiera!
Cómo van estrechándose
uniéndose
cómo van entrando en el vuelo de las almas
sabiéndose alumbre del único misterio…



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lunes, 18 de marzo de 2013

Los cuentos bilingues de Christopher



CHRISTOPHER CUMPLE SIETE AÑOS

Para mi nieto Chistopher


Christopher  estaba realmente preocupado.  Su abuelo español le había dicho que cumpliría siete años al día siguiente y, desde por la mañana, debería  distinguir entre el bien y el mal.  Pero, ¿cómo lo sabría? ¿Por una revelación, como si cayera un rayo del cielo sobre él?  Se preguntó si su abuelo le habría gastado una broma pesada. Metido en esas preocupaciones quedó dormido.

Dormido estaba cuando apareció en el sueño un anciano de barba larguísima, cubierto por una capa gris, que le preguntó:

-- ¿Sabes historias de Joel?-. Christopher respondió que no y entonces el anciano dijo:

-- Escucha bien, pero mantén los ojos cerrados para ver y entender lo que voy a contar. Joel era un chico muy travieso. No sólo hacía perrerías en casa sino también en las de sus vecinos. Una mañana de mayo vio a la Sra. Hamilton tender ropa recién lavada en un cordel que se extendía entre un árbol y un poste del barandal del porche de su casa.   Cuando la vecina quedó oculta por las mismas prendas que colgaba y se movían abanicadas por el aire, Joel se deslizó detrás del árbol y,  con mucha discreción, con su mano izquierda fue soltando el trozo de cuerda que abrazaba el árbol  mientras con su mano derecha la sostenía  estirada hasta que,  apenas  segundos después, la dejó caer. La Sra. Hamilton quedó pasmada y, enseguida, se puso a proferir exclamaciones de enojo pensando que el desastre había ocurrido por una imprevisión suya, cuando ató la cuerda del tendido al árbol. Joel desapareció sigilosamente, tapando con sus manos la risita que se le alborotaba en la boca.

Entonces el  anciano preguntó a Christopher si quería conocer otra hazaña de Joel y el niño respondió entusiasmado que sí. El anciano sonrió y prosiguió:

--Ocurrió una tarde del Domingo de Resurrección. Joel sabía que sus primos y  algunos amiguitos  tardarían poco en venir a buscar los llaveros, los huevos duros pintados  y, al parecer,  dos huevos blancos de chocolate que sus padres habían escondido aquella mañana temprano en el jardín de su casa. Antes de que la tropa llegase quiso averiguar el escondite de  alguno de los huevos de chocolate para asegurar que, al menos, cogería uno. Buscando y buscando encontró un huevo blanquísimo y grande que no dudó en alzar ante sus ojos. Cuando empezó a  cascarlo,   la clara y la yema saltaron sobre sus dedos formando un hilillo denso, parecido al del yo-yo, que terminó desparramado en sus bambas. ¡Menuda sorpresa! Aún la  estaba ponderando  cuando a su lado apareció una gallina casi tan grande como él que le dio un aletazo tan fuerte que Joel se tambaleó. Después  le regañó  así: “Además de hacer trampas, ¿es que no sabes apreciar qué es un huevo de verdad? Has espachurrado un pollito que, si hubiera nacido, me daría amor,  a ti mucha  alegría y, más tarde, también  muchísimos huevos a tu familia. ¿Acaso no eres un pilluelo?".

Christopher  se preocupó bastante con la última historia, pero no pudo resistir la curiosidad cuando el anciano le preguntó si quería que le contara una nueva hazaña de Joel. El anciano comenzó así:

--Era una mañana muy soleada. Joel recorría el jardín de la casa tocando su armónica y decidió meterse en el huerto del Sr. Pendleton. De pronto la armónica se le cayó junto a un manzano, el mismo del que pensaba coger una fruta.  Como la  copa  del árbol daba una sombra densísima le resultaba muy difícil dar con la armónica. Molestísimo por la busca infructuosa no se le ocurrió  otra cosa que dar una patada formidable al árbol, una patada de las que daba jugando al fútbol en el colegio. El desaire no gustó nada al manzano  porque sacudió sus ramas con tal fuerza que varias manzanas cayeron sobre la cabeza, los hombros y la espalda de Joel tirándole al suelo.  Además, el  manzano le mostró su enojo con estas palabras: “¡Ya es hora de que sepas distinguir el bien del mal, renacuajo! ¡Tú perdiste la armónica, no yo, insensato!".

Entonces el anciano se acercó a un oído de Christopher y le musitó suavemente: “Ahora que eres pequeño, te lloverán manzanas sobre la cabeza cuando obres mal, pero cuando seas mayor, si obras mal te verás manchado como las prendas de la Sra. Hamilton que Joel hizo caer al suelo y parecerás uno de esos hombres que vagan por los caminos siempre  perdidos y sucios, buscando algo, pero sin saber qué.”

A la mañana siguiente, cuando los padres fueron a despertar a Christopher, llevaban un huevo grande de chocolate, una manzana caramelizada además de una sorpresa,  regalos que el niño recibió con la mayor de las alegrías.

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Christopher bilingual stories


CHRISTOPHER IS SEVEN YEARS OLD

Text by Javier Martínez Palacio
Translation by Ita Betty Jean Curtis Inselmann



Christopher was really worried.  His Spanish grandfather had told him that the following day he would be seven years old and from that day on he should know right from wrong. But, how would he know? Through a revelation, as if a ray of light from Heaven were to illuminate him? He wondered if his grandfather had played a cruel joke on him. Immersed in these worrisome thoughts he fell asleep.

He was sleeping when an old man with a very long beard, wearing a gray cape, appeared in his dream and asked him:

Do you know the stories about Joel?” Christopher said that he did not and then the old man said:

“Listen carefully, but keep your eyes closed in order to see and understand what I am going to tell you. Joel was a very mischievous little boy. He not only played dirty tricks at home, but also in the homes of his neighbors. One morning in May, he saw Mrs. Hamilton hanging out the clean clothes she had just washed on a clothes line tied to a tree and a post of the handrail on the porch of her   house. When the neighbor was hidden by the clothes she was hanging, which swayed back and forth   by the  breeze, Joel slipped behind the tree and, very carefully, with his left hand untied the rope fastened around the tree, while his right hand held it stretched tight until, a few seconds later, he let it go.  Mrs. Hamilton was astonished and she immediately began to shout in anger thinking she had caused the disaster by doing something wrong when she tied the clothes line to the tree.  Joel disappeared without a sound, covering his mouth with his hands to smother the laughter which was struggling to escape.”

Then the old man asked Christopher if he wanted to hear another of Joel´s exploits and the little boy responded enthusiastically that he did. The old man smiled and continued:

“It happened on Easter Sunday.  Joel knew that his cousins and other little friends would arrive soon to look for the key chains, the painted,  hard-boiled Easter eggs; and, apparently, the two white chocolate eggs that his parents had hidden early that morning in the garden of their home. Before the group arrived, he wanted to locate the hiding place of one of the white chocolate eggs to make sure that he would find at least one of them. After much searching, he found a large, very white egg which he did not hesitate to hold up in front of his eyes. When he started to crack it open, egg white and egg yolk  ran down  his fingers forming a compact rope like that of a yo-yo, which ended up splashing all over his sneakers. What a surprise! He was still in shock when an enormous   chicken almost as large as him appeared at his side and hit him so soundly with her wing that Joel staggered and nearly fell over. Then she scolded him in the following way: “In addition to cheating, you can´t even recognize a real egg when you see one!  You have smashed a little baby chick that, if it had survived, would have given me affection, would have given you much pleasure, and later, would have given your family dozens and dozens of eggs. Now then, aren´t you a little devil?”

Christopher was quite concerned about the last story, but his curiosity got the best of him when the old man asked if he wanted him to relate another of Joel´s exploits. The old man began like this:

“It was a bright, sunny morning. Joel was strolling around the garden of his house playing his harmonica when he decided to enter Mr. Pendleton´s orchard. Unexpectedly, he dropped his harmonica next to an apple tree; the same tree from which he was planning to steal an apple. Since the shade given by the apple tree was very dark it was difficult to find his harmonica. Extremely irritated by the unsuccessful search, the only thing that occurred to him was to kick the apple tree; a formidable kick similar to those he used when playing soccer at school. The apple tree did not appreciate the offense and shook its branches with such force that several apples fell on Joel´s head, shoulders and back, knocking him to the ground. In addition, the apple tree demonstrated its anger with these words: “It is about time you knew the difference between right and wrong, little whippersnapper! You lost the harmonica, not me, knucklehead!”.

Then the old man drew near and whispered softly in Christopher´s ear: “Now that you are young, many apples will fall on your head when you misbehave; but when you get older, if you misbehave, you will be soiled like Mrs. Hamilton´s clothes which Joel caused to fall on the ground. You will resemble those vagabonds who wander around the streets, always dirty and lost, searching for something; but never knowing quite what it is they are looking for.”

The next morning, when his parents went to wake Christopher they were carrying a big chocolate egg, a candy apple, in addition to a surprise, gifts which the little boy received with great happiness.




domingo, 10 de marzo de 2013




LA BIBLIOTECA DIGITAL MUNDIAL


Mi hermana María del Mar me  allega la dirección de la Biblioteca Digital Mundial, proyecto impulsado por la UNESCO junto a diversas instituciones --y desarrollado por un equipo de la Biblioteca del Congreso de los EE.UU-- que tiene la finalidad de acercarnos las diversas culturas a través de importantísimos documentos en línea de cincuenta países e idiomas, incluido el castellano

La biblioteca pone a nuestra disposición, por ejemplo, el texto en japonés del año 764 que se cree el primero impreso en la historia,  trabajos científicos árabes dedicados a la geometría, los primeros mapas de América, el diario del erudito veneciano Antonio Pigafetta que acompañaba a Magallanes en su famoso viaje, la Biblia de Gutenberg, etc., etc., documentos escaneados con absoluta fidelidad en su lengua original que posibilitan una lectura interactiva, fácil  y  cómoda.

Basta con escribir "Biblioteca digital mundial", pulsar, y accederemos a más de mil textos que constituyen el inicio de una biblioteca fantástica al servicio del investigador, el profesor, el alumno o el curioso, en constante crecimiento.

Para hacerse una pequeña idea en lo concerniente a España, podemos leer las Siete partidas en manuscrito escrito sobre pergamino en letra gótica, El anillo de cuello de la paloma del poeta andaluz Ahmad ibn Said ibn Hazm del s. X que se encuentra en la Biblioteca de Alejandría, el Manuscrito de Colón con la inscripción “Cádiz 20 de noviembre de 1493” donde el navegante habla de su descubrimiento de las  por él llamadas Indias Orientales, Un mapa moderno de España  basado en una plancha de Gerardus Mercator (s. XVI), el Libro de Calixto y Melibea y de la puta vieja Celestina de la Biblioteca Nacional, la Vida y hechos del pícaro Guzmán de Alfarache, el Poema del Cid, el Quijote, el Arte de reloxes de ruedas para torre, sala y faltriquera publicado en 1759 por el franciscano Manuel del Río, la zarzuela de Barbieri Jugar con fuego,  los cortometrajes de los hermanos Lumiere Procesión en Sevilla y escenas de corridas de toros que se encuentran en la Biblioteca del Congreso, y  muchísimos manuscritos y textos, cuando menos, igualmente interesantes.

Además, la biblioteca incluye mapas, libros raros, grabados, partituras musicales, grabaciones, películas, fotografías... Los artículos de la Biblioteca Digital Mundial se pueden explorar de manera sencilla según lugar, época, tema, clase de artículo e institución colaboradora, o pueden localizarse mediante una búsqueda abierta en varios idiomas.

Entre otras características incluye agrupaciones geográficas interactivas, un cronograma, visualización de imágenes, tipo de documento e incluso  entrevistas con los conservadores.  Y lo más importante: se puede acceder sin límite temporal y, por supuesto, de manera gratuita.

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