miércoles, 4 de febrero de 2015


Romería.  (y 6.Poema final)



Yo, amado muerto


Así estoy, de la sombra cero
del mañana, del inquieto iris
de tus pasos, lunas viertehondo
en mis ojos blandos. Seguimiento.
Y a esas mis penas luciérnagas,
cruda estela y muda en celo,
voy y vengo entre asiento y espantada.
Así soy, amado muerto
con la pálida mortaja del silencio.

Así iba por mis noches hondas,
péndulo de venas y de ácidas
sonrisas, de penas rompeolas
en el mar de ti muerto en mis orillas
por vivo en la distancia.
Allí tú por el jardín de un día
y donde tú, para mí coger la sombra,
y donde yo, la sombra madre cubriéndome
de añil hábito en silencio muerto.
Así por el recodo aparecías
para cerner mis sueños y dejar mostaza de lamentos.

Así, en acontecimiento de Adán, Eva y la costilla;
así van las plegarias de esta romería
de cansados solos abastos de soledad,
cuadrando los caminos al violín de invierno
al útero de la eternidad desconocida
al útero cirial del horizonte en remolino.
Caballos amarillos  pastan consejas de girasoles,
faunos, pavos reales en la alcancía de nubes,
los cuervos mordiendo el corazón en hoyo;
corazón de retama y tomillo por los aquelarres,
corazón de ciervo adelgazando su galope,
corazón de ala y de serpiente, palmar de espuma,

así tú, amante muerto, estupor de lunas.
.


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