Poemas
del limo 8
PROCESIÓN
Las monedas brillaban
al vaivén de las velas.
Costaleros de siempre
subían al Calvario
el vientre
alumbrado
de vino o manzanilla.
Los semblantes morados
de la chusma vecina
reflejaban su rabia
y sus malos deseos
mientras el buen
ladrón
confesaba humilde
con un fraile
grotesco.
Llantos de Viernes Santo
de manos abrasadas
por transportar un Cristo
de mirar afligido.
Embrujo de saeta
quebrándose en el aire
en fracciones silentes
como si fueran de oro,
atardecer
membrillo.
La gente revivía
la olvidada leyenda.
En la henchida tribuna
En la henchida tribuna
el cortejo aplaudían.
Los pobres costaleros
marchaban apretando
en sus manos de trapo
las monedas cobradas.